En este apartado vamos a ver algunos juegos que podemos realizar tanto en el aula como en casa para prevenir la dislexia o intentar que está afecte lo menos posible al aprendizaje dl niño.
Aunque es muy difícil diagnosticar la dislexia en un niño antes de que este empiece el aprendizaje de lectura-escritura, sí que es bueno, para cualquier niño, practicar una serie de ejercicios a modo de juego antes de que el niño aprenda a leer y escribir.
Los niños pequeños tienen una conciencia muy escasa de los sonidos del lenguaje. Oyen una secuencia continua de sonidos, pero no son conscientes de que estos se pueden dividir en palabras, y estas últimas en sílabas y mucho menos que las sílabas pueden estar formados por uno o varios sonidos. Esta habilidad se llama conciencia fonológica y se puede desarrollar con el ejercicio.
Las actividades para adquirir conciencia fonológica son muy abstractas, porque se basan en estímulos que el niño no puede ver ni manipular, por lo que deben realizarse siempre a modo de juego, y a ser posible apoyándonos en láminas, fotografías, dibujos, etc. El orden que habría que seguir es comenzar con actividades de rima, continuar con la sílaba, y acabar finalmente con el fonema. Hay que tener en cuenta que hasta la edad de 5 años es muy difícil que el niño consiga tener conciencia de los fonemas en todas las posiciones de las palabras.
Actividades que se pueden realizar:
-En primer lugar, realizar actividades verbales para desarrollar la conciencia fonológica, como, por ejemplo:
-Elegir una letra del alfabeto, comenzando con una letra que aparezca en el nombre del niño. Durante todo el día, buscar objetos que comiencen con esa letra.
-Inventar rimas para el nombre del niño(a); "Sara, bonita eres de cara"
-Hacer el sonido de una letra. Pedirle al niño que intente encontrar esa letra en un libro o periódico. Leer en voz alta la palabra que tiene esa letra.
-Describir las cosas que ve al aire libre, usando palabras que comiencen con el mismo sonido: "casa cuadrada", "perro pequeño", "bote bonito."
-Inventar una rima propia sobre algo de casa: "¡Al gatito chiquitito le picó un mosquito!"
-Escoger una canción o una rima que el niño se sepa. Cantarla en voz alta, aplaudiendo al ritmo de las palabras.
-Leer con él una historia que rime o cantar juntos una canción. Dejar que el niño vaya completando las palabras que riman.
-Recitar una rima infantil o poema, línea por línea. Pedirle al niño que repita cada una de las frases u oraciones después de que se le vayan diciendo.
-Inventar rimas de dos palabras acerca de objetos que haya en casa, como por ejemplo "silla pilla" y "taco flaco." Mejor si las rimas son cómicas.
-Con algunos juegos tradicionales de lenguaje oral también se desarrolla la conciencia de los sonidos:
LA HABANA HA VENIDO UN BARCO CARGADO DE…
El primer jugador dice, por ejemplo "De la Habana ha venido un barco cargado de PATATAS" y a continuación hay que ir diciendo palabras que comiencen por PA, PE, PI, PO y PU.
VEO-VEO
Primer jugador: - Veo-Veo
Segundo jugador: - ¿Qué ves?
Primer jugador: - Una cosita.
Segundo jugador: - ¿Qué cosita es?
Primer jugador: - Empieza por LA
Hay que averiguar de qué objeto se trata. (Cuando el niño ya domine las sílabas se puede realizar utilizando letras, por ejemplo: Empieza por “L”
PALABRAS ENCADENADAS
El primer jugador dice una palabra, por ejemplo PLANTA. El otro jugador debe decir una palabra que comience por la sílaba final de la palabra dicha (en este caso, por TA, como TAZA) y así sucesivamente: ZAPATO ….
-Otros prerrequisitos son también importantes (atención, memoria, vocabulario). Eso significa que el niño debe estar abierto a experiencias variadas y sobre todo debe contar con la mediación de un adulto que vaya ayudándole a madurar esos aspectos. Algunas actividades caseras que desarrollan estos prerrequisitos:
-Decirles el nombre de las calles por la que pasan; luego jugar a que les lleve a una calle.
-Recordar nombre, apellidos y profesión de papá y mamá.
-Aprender su número de teléfono y los de algún familiar o amigo
-Localizar en las tiendas lo que van a comprar y cogerlo
-Jugar con puzzles, barajas de familias, animales, etc.
-Aprender los días de la semana y los meses del año
-Buscar diferencias entre dos dibujos casi iguales
-Observar durante un tiempo una lámina, foto..., y preguntarles qué cosas había, cuántas personas, qué ropas llevaban, qué tiempo hacía, etc.
-Enseñarle canciones de corro, adivinanzas y refranes
-Dedicar algún rato a contar chistes
-Poner objetos sobre la mesa y decirle que cierre los ojos; esconder un objeto y cuando abra los ojos tiene que descubrir cuál falta.
-Describirle un objeto de la casa. "Tiene cuatro patas y nos sentamos en ella cuando vamos a cenar", y que lo adivine.
-Leer juntos una historia y hablar sobre ella. Hacerle preguntas para ver si se acuerda de algunos de los acontecimientos del cuento.
-Recordar qué comió el día anterior en la comida y en la cena.
-Cambiar objetos de su lugar habitual en una habitación de la casa y preguntarle si nota algo diferente.
-Aprovechar todo tipo de salidas de la ciudad para explicarle por qué pueblos pasa y qué es lo que vemos.
-Ver una película y preguntarle por los personajes, cómo se llamaban, qué cosas hacían, etc.
-Preguntarle sobre una habitación con los ojos cerrados: color de las paredes, cuadros, muebles, otros objetos, etc.
-No todos los niños llevan el mismo ritmo, sino que hay liebres y tortugas, y lo importante es que cada uno alcance sus objetivos de acuerdo a la madurez que vaya adquiriendo; no debemos perder la paciencia ni atosigar al niño.
-Hay que propiciar en el niño el desarrollo de una relación positiva con lo escrito, asociando la lectura con situaciones placenteras: manipulación de libros, audición de lecturas por un adulto antes de dormir, leer a dos voces (el adulto lee el cuento, pero de pronto se calla, o el adulto lee un trozo y el niño otro, etc.).
-Demostrar al niño la utilidad de la lectura: consultando los catálogos de juguetes, viendo la fecha de su cumpleaños en un calendario, leyendo una receta de cocina, utilización de la agenda, etc.
El niño comienza a acercarse a la lectura, sobre todo, cuando ve leer a los más próximos. Si nos ve leer habitualmente a los mayores, si le estimulamos para que presten atención a los escritos, pronto comenzarán las preguntas: "¿qué pone ahí?", "¿qué letra es esa"?. En este momento podemos decir que el aprendizaje de la lectura ha comenzado.
-Debemos proporcionarles libros. En los libros para los más pequeños predominan la ilustración y los elementos gráficos. Mediante los dibujos, los niños reconocen objetos, personas, animales... Algunos libros incluyen textos mínimos: palabras, frases sencillas, pequeños diálogos, repeticiones, palabras y frases sonoras. El sonido de las palabras puede ser un aliciente para la lectura de un libro: descubrir sonidos extraños, divertidos, cacofónicos... A estas edades gusta la repetición de sonidos, de palabras, de ideas. Les gustan las historias de ficción o temas de la vida, pero siempre con predominio absoluto de la imagen. Los animales son uno de sus temas favoritos. Las historias deben ser sencillas y fáciles de predecir. Los libros más recomendados son:
-Libros juego: troquelados, con agujeros, ventanas, elementos móviles, diferentes texturas
-Libros de imágenes sin texto, con una secuencia narrativa lineal mínima donde ellos pueden recrear la historia
-Libros de imágenes con textos muy breves, con una o dos líneas impresas por página.
-Libros documentales o de información que les ayudan a descubrir el mundo que les rodea: plantas y animales, colores y formas...
-Libros para hacer actividades: dibujar, colorear o recortar
PROPUESTA:
La primera propuesta consiste en que quien quiera pueda aportar canciones o refranes populares, poemas infantiles o alguna actividad que ayude a desarrollar la consciencia fonológica.
Ejemplo 1:
ESCUELA
¡Adiós verano,
pala y arena!
Ya voy de nuevo
hacia la escuela.
Allí se ríe,
allí se juega,
allí se vive,
¡Viva la escuela!
Ejemplo 2:
Ejemplo 3: